Trojes, Galeras y Eras en la Hacienda de Solís

Ayer cuando nos paseábamos por la que fuera la Casa Grande de la Hacienda de Solís y veíamos lo su real dimensión lo que fue una hacienda en verdad grande en la época precedente a la Revolución de 1910, alucinábamos, incluso me visualizaba como uno de ellos allá en años aun anteriores, en plena Reforma o invasión francesa, usando los pantalones, el gabán y es sombrero con docenas de borlas colgantes.

Imaginar la hacienda en sus tiempos de esplendor y ponernos en los zapatos, botines en este caso; de los dueños o, en el peor de los casos, del capataz o administrador, los cuales, por cierto eran los llamados pardos libres. “La denominación de “pardo libre” clasificaba a una categoría social para distinguirlos de los que no eran libres. Nos ponen en un lugar privilegiado de la escala social, por ende, en una zona cómoda de la hacienda, en la Casa Grande, pero estaba la otra sección.

Sabemos que las haciendas fueron abandonadas a lo largo de los once años de la lucha por la independencia. A eso le siguió el periodo de inestabilidad en donde se dieron algo así como cincuenta distintos gobiernos en un lapso que fue menor a los 30 años, siguió la desamortización, las Leyes de Reforma y ya en el último cuarto del siglo XIX, hubo un reapunte en la producción de las haciendas, solo que el caldo estaba por hervir.

Con esta base, sigamos conociendo este lugar que, sin dudas, fue una gigantesca zona de almacenamiento, las trojes, galeras y eras más grandes que hasta la fecha hemos visto en este recorrido que venimos haciendo por las haciendas de México.

 
Estos personajes que encontramos al salir de la Hacienda de Solís nos hace recordar que en Temascalcingo estaba terminando el Xita Corpu o Corpus Viejo, esa festividad que desarrollan el Jueves de Corpus y es aquí, en el pueblo de Temascalcingo que comienza la que era la propiedad de la hacienda, justo frente a lo que en la actualidad es el libramiento hay las ruinas de otras trojes, de otras casas de peones que seguramente eran los que trabajaban esa zona de los campos enormes y bellos del valle de Temascalcingo.



O... ¿Te miento al decir que el Valle de Temascalcingo es una auténtica belleza?

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