Los Primeros Pobladores y las Pinturas Rupestres de Tzindo

 La vida de los primeros pobladores de Temascalcingo se remonta a más de 10,000 años y está relacionada con el río Ndareje (Lerma). Cazadores y recolectores recorrían estos lugares.

Es importante recordar que algunos grupos indigenas que ocuparon el territorio con sus elementos mestizos, aún perduran y que son lo más cercano y directo hacia nuestras raíces mas profundas.

En los barrancos y cuevas se han localizado yacimientos de fósiles de animales prehistóricos. Las pinturas halladas en Tzindo son uno de los testimonios más importantes de la región que nos proporciona una valiosa información sobre la vida de esos hombres. Las pinturas se localizan en tierras comunales de La Magdalena, en el paraje de Cruz Blanca.

Las pinturas se encuentran plasmadas en el abrigo de una gigantesca roca que formaba parte de un centro ceremonial. En este lugar se realizaban ritos en medio de invocaciones, música, cantos y danzas. Las pinturas representan escenas de fertilidad del universo.

En la parte central se encuentra una mujer  en posición de parto, dando a luz al Sol. En otra escena se aprecia a un hombre cazando a un venado y en su cabeza hay un ala de águila, posiblemente infundiendo valor y destreza; en otras figuras se aprecia a un danzante con instrumento musical interpretando una danza sagrada.

Signos cósmicos, círculos concéntricos, un rectángulo con diagonales que señala la dirección de los cuatro puntos cardinales, figuras de manos invocando las fuerzas del universo, son símbolos que en su conjunto muestran el pensamiento mágico-religioso de una relación cósmica con elementos astrales, registro del tiempo y la vida. Un mensaje terrenal y humano en la búsqueda del origen y destino del universo.

Los más antiguos pobladores que fundaron Temascalcingo fueron Mazahuas, esto es referido en la obra Doctrina y enseñanza en la lengua Mazahua, de Nájera Yanguas y sus fundadores la llamaron Ñiñi Mbate, que en lengua mazahua significa "€œLugar del pequeño llano"€, también le llamaron Rabemzo, lo cual significa "€œLugar del primer hombre"€.

La palabra Mazahua es de origen náhuatl, fue dada por los toltecas y significa "€œDueño de venados"€, de Mazatl: ciervo o venado y Axacahua: dueño.

 Los mazahuas se hacen llamar jñatjo, lo cual significa "€œLos que hablamos o existimos"€, el nombre más antiguo de este grupo. El pueblo Mazahua abarcó desde épocas antiguas gran parte del actual Estado de México. Los otomíes son contemporáneos de los mazahuas dentro del municipio. La palabra otomí, según Jacques Soustelle, Carrasco y Jiménez Moreno, tomitl que significa "€œFlechador de pájaros"€. A la llegada de los españoles en 1519, todos los pueblos del altiplano que no eran nahuas estaban sometidos al imperio azteca.

El territorio de Mazahuacán se vio invadido por diversos grupos como: Teotihuacanos, Toltecas, Chichimecas, Tepanecas y Aztecas. Los Anales de Cuauhtitlán dicen que durante el reinado de Moctezuma Xocoyotzin, Ocoyotzin era gobernador de la provincia de Mazahuacán y residía en Xocotitlán (1502-1519); más tarde los mazahuas y otomíes se unieron con los Mexicas para defenderse de los invasores españoles.

Temascalcingo tuvo influencia teotihuacana, el Cerro de la Campana, fue incluido en el proyecto Huamango de 1979. Surgiendo del valle de solís, como volcanes fósiles en miniatura, cinco mogotes puntean el piso de este sumamente fértil fenómeno geográfico en una escena parecida a paisajes de la luna. En uno de estos cerritos se localizan los vestigios de una edificación teotihuacana, una construcción amurallada, entierros y petroglifos con dibujos de conceptos cósmicos y de registro de calendarios, plataformas, cerámica con dibujos, piedra labrada, metates, machacadores, raspadores de fibra de maguey y puntas de lanza de obsidiana. Esto en la época III o IV de Teotihuacan. Durante el esplendor de Tula (Toltecas) influyo en la los pueblos mazahua-otomí, en los siglos IX - XII con su lengua náhuatl le dieron nombres a la región, el culto a Quetzalcoatl y Ehécatl.

Los grupos otomies que habitaban el territorio debieron tener mitología propia, aunque se encuentra muy poco documentada, pero es posible que contaran con un sistema general de culto al Dios Viejo Padre y a la Diosa Vieja Madre, que aún es parte de otras comunidades otomies. El pueblo otomí aún conserva costumbres y tradiciones que  perdurado a lo largo del tiempo, en la actualidad fuertemente influido por elementos simbólicos e ideológicos católicos, no obstante, persisten prácticas cotidianas con sustrato mágico religioso del pasado cultural prehispánico, sobre todo en las ceremonias mortuorias y la salud-enfermedad.

En varias comunidades aún se ven los baños de Temazcal, construidos de adobe, ramas, zacatón y tierra húmeda. Se calientan las piedras para después ser humedecidas con agua, previamente hervida con plantas medicinales con propiedades tonificantes  y curativas, produciéndose así el vapor.

Ambos grupos se asentaron en lugares cercanos al río Lerma, al conocer después las plantas de su medio las seleccionaron y poco a poco las domesticaron, como el teocintle y así comenzaron con otros cultivos como calabaza, chile, chayote, nopal, entre otros. Conforme se crearon centros urbanos surgió la idea de la vida civilizada. En esta concepción se le daba gran importancia a la palabra y la poesía. Con el establecimiento de los grupos humanos también cambio la artesanía; ya antes había iniciado la cerámica con el barro cocido al sol, luego se utilizo el fuego. Hacer alfarería tenía dos objetivos: uso domestico y ritual.

El bordado mazahua constituye un trabajo artístico. Los diseños representan animales o figuras estilizadas, flores, montañas, que funcionan como escritura ideográfica para aludir a relatos de la tradición oral. elaborados con hilos de colores siempre constantes. Un estudio sobre la antropología médica y el arte textil en el grupo mazahua nos muestra la importancia de la corporalidad, salud y su relación con la simbología textil.

Para los otomies era muy importante el maíz, pero no era la base de su alimentación. Eran cazadores y comían venado, conejo, liebre, serpiente y especies menores. Además recolectaban insectos, hierbas, frutas, pulque y aguamiel.

Hacia 1700 los indígenas de ambas regiones producían maíz y pulque para vender en zonas urbanas, pero en 1750 las haciendas monopolizaron la venta de este producto, por lo que los campesinos se volvieron asalariados y gracias a esto las haciendas tuvieron un auge económico. Las haciendas eran fincas agrícolas de gran tamaño con un núcleo de viviendas, que tienen un sistema de organización económico, social y político.

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