Julio Garduño Cervantes

Nacido en 1940 en el Ejido del Puente, municipio de Temascalcingo, Julio Garduño ha sido maestro normalista, poeta, escritor y pintor. Vive comprometido con la raza mazahua, de la cual es en parte descendiente. Es también un destacado promotor y defensor de la cultura, la autonomía y los derechos indígenas, como lo demostró en el diálogo que sostuvo con el papa Juan Pablo II en 1979, lo que después le permitió viajar por varios países. Garduño Cervantes es fundador del Centro Ceremonial Mazahua –en cuyo museo pueden admirarse algunas de sus obras– y creador del primer periódico bilingüe español-mazahua en el Estado de México.

Su amor por la pintura empezó desde muy joven, y a los diez años ya hacía sus pininos. Más adelante estudió pintura en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y en la Academia de San Carlos, donde fue alumno del maestro Esteban Nava. Como pintor ha expuesto en París (1988), Israel, Estados Unidos y en diversas partes de la República Mexicana.
Autor de Temascalcingo (monografía municipal) y de otras obras, como el poemario Soy mazahua y los libros Al final del silencio y Movimientos indígenas contemporáneos, entre otros, Julio Garduño está casado con Francisca García, mujer de raza pura mazahua. Ambos les han transmitido a sus tres hijos varones el gran amor por su tierra y les han enseñado a conocerla y a cultivarla, labor que desempeña toda la familia junta.

Julio Garduño Cervantes, hombre sencillo y cálido, nos lleva de la mano a través de su pintura, sus escritos y su poesía, a conocer y admirar a la raza mazahua.

 Soy Mazahua

Tú has querido negar mi existencia,
yo no niego la tuya.
Pero yo existo, ¡Soy mazahua!
Estoy hecho de esta tierra, de este aire,
del agua y del sol.
Soy un sobreviviente de mis antepasados,
al que han heredado una cultura, una lengua,
una forma de respetar a mis hermanos;
porque yo nací para ser hermano de mis hermanos
y no esclavo de nadie.
Tampoco quiero ser amo.
Tu has esclavizado a mis antepasados,
les has robado sus tierras,
los has maltratado.
Ahora tu me utilizas para aumentar tus riquezas
mientras yo vivo en la pobreza.
Yo construyo la casa,
pero tú vives en ella.
Yo cultivo la tierra y la cosecho,
pero tú te quedas con su producto,
diciendo que no soy de razón.
Tú eres el delincuente,
pero yo estoy en la cárcel.
Nosotros hicimos la revolución
y tú te aprovechas de ella.
Pero aquí estoy yo. Soy mazahua,
mi voz se levanta, se une a mil voces más
y todos unidos repetimos: somos mazahuas.
Nuestras manos sembrarán para todos.
Nuestras manos lucharán para todos.
¡Soy mazahua!

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