Cerros de Temascalcingo - Leyendas

Cueva del Diablo
Cuenta la historia que en lo alto del Cerro del Shisque existe una cueva donde vive el Diablo. Se cuenta  que cuando las personas tenían que caminar solas por el cerro se les aparecía un hombre (viejo en otras versiones), y el pedía ayuda del solitario caminante, les indicaba el camino hacia "su casa" (que en realidad es una cueva o vieja mina según algunos); cuando se iban acercando a la cueva el anciano le proponía al caminante una riqueza inagotable a cambio de su alma. Al llegar a la cueva, la insistencia se volvía seductora, casi imposible de ser rechazada al fondo de la cueva, se podían ver unas ollas de barro repletas de monedas de oro. Los incautos visitantes que llegaban a tomar una sola moneda, se quedaban encantados dentro de la cueva pues habían vendido su alma al diablo y éste cobraba implacable su deuda; en cambio, si rechazaban el dinero, podían encontrar la salida de la cueva salvándose así, de los engaños del diablo.

Río Lerma
Una leyenda mazahua cuenta que el cauce del Río Lerma fue hecho por una enorme serpiente que cruzaba el territorio Otomí en la boca de una serpiente, pero al quedarse dormida en territorio Mazahua, la víbora aprovecho para escapar.

A la potente luz del sol, el rastro que la serpiente iba dejando a través del valle era cada vez más amplio, brillaba como si fuese de agua. Y he ahí que de pronto fue de agua y los jñatjo y los otomíes fueron a comprobarlo. El rastro se había convertido en un río. Los dos jefes (Mazahua y Otomí) entendieron que la serpiente no había escogido a ninguna de las dos tribus en particular para prodigarse sobre ella, sino que había deseado hacerlas a las dos beneficiarias de su esencia convertida en agua.

Cueva del Diablo [2]
En Sta. María Canchesdá, en el cerro que fue rajado para que por ahí pasara el tren, se cuenta que un grupo de bandoleros solía aprovechar la cercanía de los vagones y la sombra de la montaña para hacer sus fechorías. El líder de los bandidos pronto tuvo un problema, el botín era mucho, y el espacio para ocultarlo se acababa. Así que un día decidió hacer un pacto con el diablo, el le permitiría esconder su dinero en la montaña y el le ayudaría a mantenerla oculta. Y se dice que este grupo robaba en la montaña, pero nunca los podía encontrar la policía, hasta que un día el líder fue abatido por unos caudillos que le querían robar el dinero. Pero nunca encontraron su botín, y se dice que algunas personas han encontrado la entrada de la cueva, pero el diablo la protege y no se acercan por temor.

Todo o Nada
Un  arriero caminaba por el cerro rumbo a La Huerta a cambiar su producto, y una de tantas veces que pasaba por el Cerro de la Cruz (el que esta por el camino a Ahuacatitlan) se sentó a descansar y se acordó que se decía de los antiguos mexicanos que existía un tesoro en una de las cuevas del cerro, y el se puso a buscarlo, hasta que encontró la cueva, y ahí estaba el tesoro. Enseguida tiro su maíz y uso sus costales para cargar con el dinero, pero cuando iba a salir no encontró la entrada y un ánima le dijo: “todo o nada” entonces el contestó: ¿Que quieren?.

Le dijeron que parte del dinero debía ser una manda a la Virgen de Guadalupe en la gruta, y que le dejara media carga de lo que había tomado. El arriero dijo que lo haría y por fín encontró la salida. Pero cuando iba por el camino se arrepintió de darle lo prometido a la Virgen, y pasó por dónde estaba y no le dio nada, de pronto el burro no quizo caminar más, la carga que llevaba se le hizo piedra. Cuando regresó de nuevo al Cerro ya no encontró la cueva, solo escuchó la voz que le repitió “todo o nada”.

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