José María Velasco y la Ilustración Científica en México (1869 -1914)

José María Velasco desempeño un papel preponderante al echar las bases, en su calidad de científico-artista, de la moderna icono grafía científica mexicana. Así lo vieron sus contemporáneos: Manuel M. Villada, Jesús Sanchez, Alfonso Herrera, Fernando Altamirano, prominentes hombres de ciencia, para quienes la obra del artista de Velasco en el campo de las ciencias había sido determinante en los estudios científicos mexicanos.

En 1942 Octavio Paz afirmó: "Lejos de contemplar al Valle de México con los ojos del asombro, lo retrata como un naturalista. Su pulso, anota sin temblor y sin precipitaciones, lo que su tranquila mirada de águila descubre con la misma apasionada indiferencia del sabio que solo pretende registrar fenómenos". Un poco más adelante escribió: "Imparcial, exacto, desdeñoso, su orden es el de la ciencia".

En 1964 la historiadora de arte Raquel Tibol señaló también la influencia que ejercieron las ciencias en la pintura de Velasco. El Texto de Tibol dice: "Velasco empezó como todos los naturalistas e idealistas de su tiempo, con  la diferencia de que el acerbo científico cultural que traía  le permitió librarse de las caprichosas intuiciones que exageran el idealismo hasta volverlo artificial".

Carlos Pellicer, se acercó al Velasco hombre de ciencia, texto de 1970: "su cultura científica no interfiere para nada en su mundo poético.Es la realidad poética que tiene su propia hondura".

No cabe duda de que las inclinaciones y los intereses científicos de Velasco se reflejan en múltiples aspectos de sus paisajes, desde la portentosa lucidez que logró captar y recrear las facetas más variadas de la naturaleza. Esta curiosidad científica explica el realismo con que logró reproducir aspectos peculiares de la flora, fauna y geología de México, es la visión del botánico, el zoólogo o el geólogo, que toma como punto de partida ese análisis abstracto para llegar a la síntesis, que el conjunto de esos objetos da una apariencia de realidad.

Lo cierto es que en 200 Años de ilustración, positivismo, materialismo pragmático científico en México, no han dado otro caso equivalente, ni siquiera próximo, al de Velasco.

Hoy resulta extremadamente difícil asimilar que en un solo individuo converjan ambas cualidades con grado de excelencia, en un mundo "Uni-especializado", error del siglo XIX que por fortuna no compartieron en épocas pasadas. Para Velasco la ciencia era un conocimiento original e independiente, que no siempre tenía que terminar manifestada en sus pinturas.

Es el trabajo de un científico tratando de copiar la naturaleza, apoyado en sus investigaciones, una amalgama de arte y ciencia, Velasco como Ilustrador Científico. Fue esto el más palpable testimonio de la unión en sus obras de la precisión científica y la belleza artística, de ahí su influencia sobre la Ilustración científica.

Logró hacer de la iconografia científica mexicana un arte independiente y no un simple acompañamiento de la descripción. Sus imitadores y discípulos siguieron los lineamientos trazados por él, por ejemplo: el dibujo de especies animales vivas y  en movimiento, colocados en medio de plantas. A través de acuarela, dibujos y litografias, dio un sesgo novedoso a la iconografía científica, de gran valor para la ciencia mexicana.

Velasco además asistió a la exposición "La Centennital Exposition" de 1876 en Filadelfia, como artista, profesor de la Academia de San Carlos y exhibió algunos de sus mas bellos paisajes. Pero también lo hizo como hombre de ciencia, miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. Su obra como ilustrador científico es atravesada entonces por corrientes filosóficas variadas.

Para Velasco la Sociedad fue un lugar donde pudo dar cauce a sus intereses científicos, un artista con mirada de hombre de ciencia. Su opinión de esta Sociedad se encuentra plasmada en un discurso que leyo ante la misma el 19 de Enero de 1882:

"Es grato encontrarse entre personas que con tan buena fe se agrupan para estudiar y comunicarse mutuamente los avances de las ciencias naturales y sin esperar recompensa alguna a tan difíciles estudios. A pesar de sus multiplicadas ocupaciones en las que tienen que distribuir la mayor parte de su tiempo, consagran no pocas horas en revisar las obras más modernas y estudiar las cuestiones de actualidad; ya para ponerlas en conocimiento de la Sociedad, y ya también para ilustrar las diferentes cuestiones que con frecuencia proponen...

Si es un buen principio el que nadie deba conformarse con el éxito de sus trabajos, sino que debe siempre aspirar a mayor perfección en sus obras. Permanecerán el tiempo necesario hasta que nuestro país se levante por completo, y todos los obreros de la ciencia que están en México como aletargados, con el impulso del movimiento ocasionado por la necesidad del desarrollo practico  de los conocimientos científicos, venga a darles la animación que observamos en las sociedades extranjeras. Importa ahora conservar la chispa; tiempo llegará, quizá no remoto, de que ella forme una grande hoguer
a".

La sociedad publicó en su revista "La Naturaleza", debates, propuestas y polémicas científicas, en todas participo Velasco. Señalo además la necesidad de estimular aún más la investigación científica para evitar que el nivel de la sociedad declinara. El 1 de Octubre de 1910 estuvo presente  en la reunión donde se reiniciaban las actividades de la Sociedad. Fue caballero de la legión de Honor de Francia, recibió la Cruz de la Orden de Francisco José de Austria, entre otras condecoraciones.

Velasco elaboró laminas arqueológicas, históricas y científicas para los Anales del Museo. No todas fueron firmadas, pero por declaraciones de los autores de los artículos lo sabemos. Incluso investigadores le enviaban la planta, el animal o el croquis de la localización para que le pudiera ilustrarlo. Schaffner le envió el herbario de Lennoa Corulea, Velasco dibujara y luego se litografiaban. Por eso Velasco no las consideraba enteramente suyas. Realizo además ilustraciones para Manuel Villada sobre paleontología, como "El Ceboruco" y "El Volcán de Colima".

Velasco no dejó nunca su interés de formar una Iconografía Botánica de México. Dibujo Láminas de colibríes para Rafael Montes de Oca, y pintó para el Instituto Geológico en 1894 las obras "Evolución de la Vida Marina en el Globo Terrestre" y "Evolucion Continental en el Globo Terrestre".

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