Cerro de la Campana y Presa de San Fernando [Leyendas]

El Cerro de la Campana o Mogote de la Campana se localiza en Ahuacatitlán, Temascalcingo a unos minutos de la Cabecera Municipal, y a un costado de la presa de San Fernando. Este es un lugar de tabú para los habitantes, ya que varias personas, desde los más ancianos hasta los más jóvenes (vecinos del lugar), dicen haber escuchado por la madrugada campanadas con eco, gritos de personas lamentándose y han visto extrañas apariciones que se desvanecen en la oscuridad. Relatos que datan desde el temblor de 1912, en donde gran parte del territorio temascalcinguense sufrió terribles daños. Una de las cosas que se cuenta es que hace muchos años, en la época prehispánica, se hallaba una pirámide, de la cuál se supone aún podemos encontrar varios basamentos, estos nos hacen suponer que existe, escondida dentro de la montaña. Con el tiempo, debido a la conquista, fue abandonada, pero se construyó una iglesia en su base como se acostumbraba anteriormente, se cuenta también que había un establo.  Cuando se llevó la campana, que era de oro, a la iglesia, la campana comenzó a volverse pesada, por ende, comenzaron a traer diferentes carros para transportarla y así llegara a su destino. No obstante, cuando se arribó a la iglesia y se bajó la campana, ésta ya era tan pesada que se hundió en el suelo.  Nadie más quiso llevar otra campana (y desconozco si alguna vez se ofició misa en esa iglesia), pues los pobladores creyeron que ese cerro estaba custodiado por el diablo y no permitía que se construyera un lugar santo. Otros creen que como era un antiguo centro de adoración para un pueblo prehispánico, los dioses no permitieron que se profanara ese lugar. Después de mucho esfuerzo se logro colocar otra campana en su lugar. Pero la leyenda no termina ahí. Se dice que cada fecha importante del pueblo, alrededor de la medianoche y tres de la madrugada, puede escucharse el repicar de una campana, como si llamara a misa. Y en la noche del 31 de diciembre, toca las doce campanadas, como si diera la bienvenida al año nuevo.

A la presa que esta a un costado de este cerro se le considera un misterioso lago embrujado, ya que otra de las leyendas es que la campana esta debajo del agua junto con la iglesia. Así es, la leyenda nos dice que había una vez un pequeño pueblo en un valle pintoresco cerca de Las Magdalenas y Ahuacatitlan, en este pueblo había una iglesia con una hermosa campana de oro macizo, brillante, que sonaba todos los días al mediodía y cada noche a la medianoche. El sonido de la campana era tan fuerte que se podía escuchar a kilómetros de distancia a lo largo de todo el valle. Pues un día, en este valle hubo una inundación y la presa se reventó, todo el pueblo se hundió. A su paso, nadie resultó herido, tuvieron tiempo para conseguir ponerse a salvo y ver como las aguas se elevaban cada vez más. El pueblo entero es consumido por la creciente, y según la gente, la iglesia era bastante alta. Hoy en día no se ve rastro de este misterioso pueblo, a simple vista, es solo un cuerpo de agua más. Pero hay algo aún más increíble, y es que los agricultores de las milpas que la rodean construyeron una serie de túneles para desviar el agua del lago, formando un dique. Bueno, algunos años más tarde, un grupo de arqueólogos trató de levantar la famosa campana de oro y ni aún con todo su conocimiento lograron siquiera idear algo que pudieran hacer surgir a la bestia; de hecho, la campana sólo se hundió más en las aguas heladas.

Pero lo que cuenta mucho la gente, es acerca de las figuras fantasmales y espeluznantes que los arqueólogos dicen haber visto debajo de la superficie del agua, lo cuál según ellos, los llevó a no poder realizar su tarea; algo que comentaron también es que el agua es demasiado helada para un lugar con un calor tan intenso como Temascalcingo, y para un cuerpo de agua "que parece pequeño"; no recomiendan nadar demasiado en este lugar debido a esta baja temperatura. Se cuenta también por personas que cruzaban de regreso de calderas cuando comienza a oscurecer, que, justo en el camino que va al lado de la presa lograban escuchar murmullos de niños que ríen o lloran, y muchas veces mencionan a "Juanito" repetidamente; en otras ocasiones otra voz les respondía diciendo "aquí estoy". Lo que contaban los abuelos acerca de esto es que cuando se construyeron los muros de la presa, se hizo un pequeño cuarto donde metieron comida, dulces y agua bebible no sabían para quién era esto, y que un día llegó un ingeniero con sus niños, a los que metieron en ese cuarto y ahí vivían en lo que el padre ayudaba con la construcción de la presa, pero no se supo que paso con ellos, y en ocasiones cuando bajaban a cosechar, veían a los niños jugando y que se metían después a la ermita.
Lo cierto es, que hay vestigios arqueológicos; se han encontrado restos humanos, vasijas, utensilios de cocina antiguos, piedras talladas, centros ceremoniales, etc. Los habitantes de Temascalcingo guardamos respeto a éste lugar, y muchos evitan estar cerca al caer la noche, ya que se tiene "miedo" a las consecuencias de profanar el descanso de los que aún descansan en paz.

Comentarios

  1. El pueblo fue destruido en 1912 la presa se empezo a construir en 1920

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