Prospección Arqueológica en San José Ixtapa

La naturaleza de la información que maneja el arqueólogo es por definición fragmentaria, pues éste únicamente tiene como elementos de estudio aquellos aspectos materiales de las cultura que logran sobrevivir el paso del tiempo, y éstos representan una fracción de la cultura total de un pueblo en determinado momento (Mueller, 1975). Si pudiéramos excavar cada sitio en su totalidad, en condiciones óptimas, obtendríamos toda la información recuperable de él sabiendo que será sólo una fracción de la que pretendemos estudiar. Pero aun el recuperar esta poca información resulta cada día más difícil. Los costos en tiempo y dinero que exige la excavación completa de sitios son cada día más difíciles de cubrir.

En San José Ixtapa, el arqueólogo Morrison Limón, propuso que una solución alterna para estos problemas podía ser la implantación sistemática de programas de prospección arqueológica. Programas que tiendan a hacer que la excavación rinda los mejores resultados y eventualmente a substituirla.

San José Ixtapa fue un primer intento de aplicar conjuntos de técnicas de prospección arqueológica al estudio de un sitio específico. El sitio de San José Ixtapa fue localizado en 1978, por fotointerpretación de la cobertura vertical de DETENAL. Se encuentra en el Valle de Temascalcingo, en el Municipio del mismo nombre y muy próximo a la frontera con el Estado de Michoacán. El Río Lerma atraviesa este valle en dirección aproximada sur-norte y el sitio a que hacemos referencia se encuentra, en el pie de monte del lado oeste, a unos 700m del río. Se encuentra sobre una ladera de pendiente suave a una altura de 2400 msnm.

El sitio tiene características interesantes que los hicieron pensar en la posibilidad de aplicar varias técnicas de prospección arqueológica para su estudio:

a) En un recorrido de superficie que se hizo de todo el Valle de Temascalcingo, resultó ser el único sitio con materiales arqueológicos que se pudieran relacionar directamente, tanto con Tula (figurillas Mazapa, blanco levantado) como con Teotenango (rojo sobre café amarillento). El resto de los sitios en el Valle pertenecientes al Postclásico, presentan un complejo cerámico compuesto fundamentalmente por incensarios de decoración de carrizo, cajetes hemisféricos rojo y naranja sobre crema.

b) La presencia de una cerámica de características singulares en proporciones muy elevadas. Se trata de una cerámica café rojiza muy burda, alizada por el interior. En las excavaciones llevadas a cabo en el sitio en 1978 se recuperaron grandes cantidades de cerámica de este tipo. Se excavaron cuatro pozos estratigráficos, en los que se vio que esta cerámica representaba más del 50% de los tiestos. En la mayoría de estos tepalcates se puede ver un recubrimiento de arcilla cocida mezclada con fibras vegetales. Estos materiales fueron observados por el ingeniero Luis Torres, y en su opinión la cocción de este recubrimiento de arcilla es posterior a la cocción del tepalcate. La abundancia de estos tepalcates y el recubrimiento que presentan han sido objeto de muchas horas de discución y se han propuesto varias hipótesis para explicar el fenómeno. Sin entrar en detalles, nos parece muy probable que este tipo de cerámica fuera hecha para un propósito específico, propósito que requería la destrucción de las vasijas como parte de su utilización. Citaron a manera de ejemplo, la forma en que se utilizan actualmente vasijas de barro para la obtención de sal en los altos de Chiapas: una vez vertida el agua salina dentro de las vasijas son sometidas al calor hasta que se evapora el agua y sólo queda el "pan" de sal y para obtener éste intacto, se quiebra la vasija con un machete. Con esto no querían decir que en San José Ixtapa existiera una salina prehispánica (aunque la toponimia del lugar pudiera sugerirlo), simplemente mencionaron un ejemplo conocido en donde la utilización de una vasija implique su destrucción.

c) Es un sitio en campo abierto, sin estructuras visibles en superficie, lo cuál lo hace particularmente favorable para la aplicación de técnicas de prospección.

Debido a estas características decidieron aplicar el "paquete" de técnicas a las que tenían acceso; muestreo de superficie, fotografía aérea, magnetometría, concentración de fosfatos, concentración de carbonatos, determinación del pH del suelo y examen de partículas en las muestras de tierra.

El sitio había sido localizado originalmente por este método, pero se hicieron varios vuelos especiales para obtener fotografías oblicuas a gran escala. Estos vuelos especiales, en realidad sirvieron para ilustrar mejor lo que ya se conocía. El sitio fue revelado por "marcas de suelo", esto es, marcas que resultan de la humedad diferencial del suelo debido a la presencia de rasgos arqueológicos. Se obtuvieron también fotografías del sitio cuando estaba cubierto por cultivos, pero el terreno estaba sembrando de maíz y este cultivo es de los que menos reflejan anomalías en el subsuelo. En la fotografía pudieron identificar marcas de un tono mucho más claro que el suelo circundante, así como una línea recta que atraviesa todo el sitio por su extremo norte y que corresponde a una parte en donde la pendiente sufre un escalón que ahora se ve natural, pero que en algún momento seguramente representó una terraza artificial. Se propuso que las marcas son restos de antiguas construcciones y la línea recta representa un muro de contención. La presencia de materiales de construcción inhibiría la absorción de humedad y estos daría un color más claro al suelo sobre estas construcciones.

Una vez con este conocimiento del sitio decidieron aplicar el resto del "paquete" de técnicas. Lo primero que hicieron fue observar las áreas en donde encontraron concentraciones de tepalcates, así como de aquellas áreas donde se notaban concentraciones de rocas. Paralelamente hicieron observaciones acerca de las condiciones del suelo.

Los motivos que los llevaron a estudiar este sitio originalmente más a fondo son la presencia de materiales arqueológicos tanto de Tula como de Teotenango. Esto claramente apunta a que el sitio pudiera proporcionar algún dato lo suficientemente importante como para que grupos de personas se desplazaran de estos sitios hasta San José Ixtapa. Cual haya sido ese factor, no lo sabemos con seguridad hasta que el sitio sea completamente excavado. Pero, como hemos visto, la explotación de este recurso llevaba implícita la fabricación y destrucción de vasijas de barro (que como se menciona en un artículo anterior se descubrió que eran usadas para sacar mercurio de la reducción del cinabrio). La prospección arqueológica, específicamente la magnetometría, les permitió localizar zonas en donde es probable que se haya quemado la cerámica. Esta posibilidad se ve reforzada por la presencia en el sitio de unos bloques de arcilla quemada. Bloques que fueron formados con una mezcla de arcilla y fibras vegetales y después expuestos al fuego. Aunque no era bueno su estado de conservación, uno de ellos se parece en forma a un bloque moderno de adobe. En el momento supusieron que estos bloques de alguna manera rodeaban el lugar donde se quemaba la cerámica y que por eso fueron expuestos al calor. Estas zonas se encuentran en general al noroeste de las zonas de construcción. Desconocemos la técnica que haya sido utilizada para la cocción de la cerámica, pero debe haber producido grandes cantidades de humo y por tanto, la localización de estas zonas de cocción seguramente estaría determinada por la dirección de vientos dominantes, de manera que el aire se llevara el humo lejos de las zonas de construcción.

Las zonas de construcción ¿Qué representan? Son desde luego demasiado grandes (30 x 40 m) para ser casas habitación individuales. Más bien parece tratarse de plataformas, que vendrían a ser superficies planas que romperían la pendiente y permitirían que sobre éstas se establecieran estructuras más pequeñas. Existe alguna correspondencia entre estas zonas y la presencia de rocas en la superficie, de lo cual se puede deducir que estas rocas pudieron haber servido como material de construcción para las plataformas. Hemos visto también que uno de los elementos que ha servido para delimitar las zonas de construcción ha sido la presencia de lo que hemos llamado fragmentos de aplanado.

Resumiendo, se puede decir que en esta primera prospección, dedujeron, que en San José Ixtapa se obtenía algún tipo de recurso escaso (mercurio), de suficiente importancia para provocar el desplazamiento de grupos a distancias regulares. Propusieron que en el sitio se fabricaban grandes cantidades de cerámica, que intervendrían en el proceso de obtener este recurso. Se ha podido localizar los puntos donde probablemente se quemaba la cerámica. Se delimitaron zonas de construcción, plataformas rectangulares, altas concentraciones de carbonatos (que en este suelo no deberían de existir) así como como pequeños fragmentos de aplanados, indican que es posible que algunas de estas plataformas estuvieran recubiertas de estuco, lo cual a su vez nos habla ya sea de que fueran ocupadas por personas de alta jerarquía, o de estructuras de carácter ceremonial

De ninguna manera podemos decir que no hay necesidad de excavar el sitio para una interpretación completa. Considerándose ahora como imperativa la excavación, tanto para esclarecer las dudas que persisten, como para comprobar la validez de las interpretaciones.

Comentarios

Entradas populares