Leobardo Díaz Albino [Cantero]

Desde muy niño empecé a arrear animales cargados de cantera, allá en mi tierra, Temascalcingo, Estado de México, nos dice Leobardo Díaz Albino, quien llegó a trabajar en la obra del Palacio Postal en 1996 por invitación del doctor en arquitectura Ricardo Prado Núñez. Llegué a la Ciudad de México en 1973 como ayudante de cantero, señala Díaz Albino, quien pronto se convertiría en oficial y aprendería a fabricar y colocar molduras, repisones, cornisas y demás adornos en casas y edificios.

La cantera original del Palacio Postal se extrajo en las inmediaciones del poblado de El Chico, Hidalgo, de yacimientos actualmente ya agotados. Para la restauración se utilizó cantera de Real del Monte, en el mismo estado de Hidalgo, un poco más blanca que la original, por lo que se le aplicó una pátina de color café. Los bloques de piedra, más altos que una persona, fueron transportados al taller de Leobardo Díaz, en Chimalhuacán. De acuerdo con los diseños originales, se sacaron en cartulina plantillas de las piezas y se empezaron a cincelar. Los canteros lineales trabajaban los bloques y los canteros escultores o talladores se encargaron de las piezas de ornato.

La primera obra completa que realizó Leobardo Díaz fue el edificio de Banamex de Isabel la Católica y Venustiano Carranza, muy dañado por el temblor de 1985. Después trabajó en la restauración del Museo de San Carlos y, en 1988, en las balaustradas, las escalinatas y la recámara de la emperatriz Carlota en el Castillo de Chapultepec. Díaz Albino ha intervenido en otras restauraciones importantes, como la del Banco de México, el convento de Tepotzotlán, el colegio de Betlemitas y la biblioteca del convento de San Agustín.

Díaz Albino llegó a tener a su cargo 45 canteros durante los trabajos de restauración del Palacio Postal. Es un trabajo difícil para el que se requiere sentir la piedra, amarla y saber darle forma, nos explica con sencillez y añade: se trata de una labor de equipo, optimizada por la tecnología, que ha constituido un reto enorme, pero que nos ha dejado la satisfacción del objetivo no sólo cumplido, sino superado. Mirando de frente, con una sonrisa amistosa y espontánea, el cantero Leobardo Díaz concluye: "El trabajo nunca se va a acabar, pues hasta la piedra resiente el paso del tiempo. En México hay mucho que hacer si queremos conservar lo que tenemos y rescatar lo que vieron los ojos de nuestros padres y abuelos".




Leonor L. (2014). El Renacimiento del Palacio Postal. 25 de febrero de 2015, de México Desconocido Sitio web: http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-renacimiento-del-palacio-postal-ciudad-de-mexico.html

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