El Adobe en Temascalcingo

La tradición de construir con tierra está profundamente arraigada en nuestro país desde la época prehispánica y en la actualidad lo podemos constatar observando nuestro valioso patrimonio cultural, edificado por testimonio de nuestro legado arquitectónico en cada rincón del municipio. Durante la colonia y comienzos de nuestra época, la construcción de palacios, solares y viviendas populares usaron como principal sistema constructivo el adobe; podemos observar que aún funcionan como tales, desafiando a los rigores del tiempo y movimientos sísmicos sin sufrir daños significativos. En las colonias quedan como reliquias algunas viviendas que han sobrevivido al transcurrir de los años. Monumentos que nos hablan de historias escritas con el esfuerzo de quienes desarrollaron allí sus vidas y criaron con amor a sus hijos. Las casas de adobe –escriben los historiadores Generoso María Stang y Orlando Britos- se construían con rapidez; no contaban con cimientos y fueron viviendas económicas, por contar para su construcción de escasos elementos y ofrecer solamente las condiciones indispensables para salvaguardar a los colonos de las inclemencias del tiempo.

Para la construcción de las casas de adobe en la colonia se establecía un pisadero, en el cual con la ayuda de parientes se hacía un hoyo en el suelo donde se mezclaban en partes iguales tierra, agua y pasto. Todo ello se trabajaba hasta obtener una masa compacta y consistente que se trabajaba con el pisoteo de los animales. El barro se introducía en un molde y una vez seco se procedía al desmolde quedando formados los ladrillos de dimensiones considerables. Las casas de adobe tenían un espesor de 40 cm, se construían sin cimientos y el techo se hacía a dos aguas. La vivienda se construía con los ladrillones anteriormente citados unidos con barro. Se colocaban alambres en forma horizontal de los parantes de la estructura previamente establecida, donde se iba entretejiendo manojos de paja hasta cubrir toda la pared. Se revocaban las paredes con barro y una vez que el mismo estaba seco, las mujeres las pintaban de blanco con cal.

El proceso de construcción se iniciaba con la preparación del barro que se realizaba en un hoyo con partes iguales de tierra, pasto y agua. El pasto se utilizaba para obtener una pasta más resistente y de fácil manejo, en el posterior armado de los ladrillos de adobe. Cuando la mezcla alcanzaba su punto exacto, se introducía el barro en moldes en los que se le daba forma de ladrillo o bloque. A continuación se procedía a erigir la vivienda. Se comenzaba por levantar las paredes, generalmente de unos cuarenta centímetros de espesor, hasta una altura de tres metros. Se edificaba uniendo los ladrillones con barro, sobre una estructura formada por varias líneas de alambre colocados en forma horizontal. Finalmente se techaba a dos aguas y se colocaba paja sobre el techo, que hacía las veces de aislante. Concluida la construcción, las viviendas eran revocadas con barro que, una vez seco, se blanqueaba con cal. Sobre el techo se asentaba paja para reforzar el techo que solamente era de chapa de zinc: así se transformaba en un hogar que en el verano era fresco y en el invierno, con la ayuda de la cocina a leña, caluroso. La paja se obtenía de los rastrojos después de la trilla de trigo. Las construcciones con cuartos muy grandes, típicos de Temascalcingo, con corredores y su techo de teja, paredes de adobe, patios y corrales , aún se pueden disfrutar como parte de esta historia que dejan nuestros antepasados para nuestro deleite.

 Sin embargo, construcciones más recientes de adobe (y algunas en total abandono) han causado accidentes debido a que la técnica tradicional se ha olvidado, utilizándose en forma empírica y sin asistencia técnica. La prueba del tiempo le ha dado el visto bueno a las casas de adobe más que algún sistema de calificación de construcciones. Para la confección del adobe hacen falta otros materiales además de tierra y siempre hay que respetar un proceso.

En muchos puntos de Temascalcingo hay abundante tierra disponible para hacer casas, es uno de los materiales de construcción más usado en la historia, especialmente donde hay baja densidad de población y no es necesaria la construcción vertical en altura. Ciertos suelos facilitan la formación y obtención del adobe, tierra elaborada con elementos naturales para construir, lo que es una real ventaja para lograr recursos abundantes, a la mano y económicos. Las casas de adobe, de barro o las casas de tierra cruda apisonada, se consideran en nuestra época viviendas ecológicas gracias al uso de un material natural, estas construcciones hacen un valioso aporte a la sustentabilidad. La tierra como masa ayuda a regular muy bien las diferencias de la temperatura ambiente tanto en invierno como en verano. Las técnicas constructivas con tierra son milenarias, hay mucha experiencia en el manejo del material.

En décadas anteriores el adobe fue perdiendo impacto debido a diferentes causas, una de ellas, el agresivo mercadeo del cemento Pórtland y los elementos hechos con él. Sin embargo, gran parte de la humanidad no tendrá la posibilidad de vivir en una vivienda digna, a menos que construya con adobe. Según varios análisis, tal situación aplica para la mitad de la población mundial. En los años setenta del siglo XX (década de las “tecnologías apropiadas”) la práctica de mejorar las viviendas de adobe tradicional se puso de moda. Parecía simple sumar una cosa con la otra: el adobe es más barato, pero tiene una resistencia baja; el cemento es más caro, pero garantiza una alta resistencia.

Hay muchas variantes para la formación arquitectónica de construcciones en adobe, cómo construir las paredes y de qué forma hacer sus terminaciones, para comprobarlo podemos recorrer cada una de las zonas de Temascalcingo y municipios aledaños para darnos cuenta de la cantidad de formas y tamaños que se le da a los detalles e incluso en la forma del bloque de adobe a utilizar. En la actualidad el uso del adobe empleando métodos de diseño y materiales antiguos se integró a la situación económica rural del país con el amplio conocimiento de la arquitectura antigua y técnicas de diseños de ciudades. El adobe le dio a los habitantes locales los medios para que construyeran sus propias casas dejándonos con el paso de los años su gran legado. La idea de que este tipo de edificaciones se deben ligar a la pobreza y marginación deben de ser olvidados, si bien muchas de las construcciones de este tipo se encuentran en zonas consideradas de marginación, cada vez más se alcanzan nuevos avances para que el adobe no signifique falta de confort y lujos cotidianos, todo esto apoyados en las nuevas técnicas de desarrollo sustentable para mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes.

Utilizando los métodos empíricos actuales, en concreto, estas casas duran máximo 10 años, después hay que volverlas a construir, son muy frágiles, sobretodo antes los embates de la naturaleza, como fuertes lluvias. Por eso es necesario el adoptar técnicas que mejoren la calidad del adobe y así evitar el uso de materiales modernos para dañar las fachadas de las casas antiguas. Muchas construcciones son reemplazadas por que la gente argumenta que “no es resistente y se gasta mucho en reparar”, esto se ha comprobado como falso ya que hay zonas en el mundo con mayor humedad, cambios de temperatura y daño sísmico que después de mejorar la técnica y deficiencias practico-teóricas han llegado a sobrevivir muchos años. Una de las mayores críticas al adobe es su mal comportamiento en terremotos. Pero varios estudios serios han llegado a la conclusión de que muchas veces la mala calidad de la mano de obra o un diseño inadecuado son los causantes del derrumbe, y no el material en sí. Un interesante estudio del gobierno salvadoreño, realizado después de los terremotos del 2001, reveló que la incidencia de daños en las viviendas de bloques de cemento fue mayor que en las viviendas de adobe. Varias universidades han hecho estudios sobre el comportamiento del adobe en los terremotos y todos coinciden en que su punto débil radica en las juntas de mortero entre los bloques y no en el bloque de adobe. Al pasar por un área derrumbada por un sismo se notará que las rajaduras se encuentran a través de las juntas y solo en muy pocas ocasiones habrá bloques rajados.

Investigaciones intensivas en varias universidades revelan que mayormente la compresión de los bloques mejora el comportamiento en comparación con los bloques hechos a mano. Ensayos han comprobado que los bloques fabricados con más de 60 kg/cm2 de presión, realmente son más fuertes, sin tener que añadir cemento. Si el objetivo es crear materiales de bajo costo para ayudar a nuestras comunidades, el uso de cemento no es la solución, pero tampoco a largo plazo el de adobe hecho a mano. Comparados con los bloques huecos de cemento, muchas veces usan hasta la misma cantidad de cemento por m2 de pared, y por ende no resultan más baratos. Si a la gente se le da a escoger entre bloques de tierra comprimidos y bloques de cemento con arena, la mayoría optará por estos últimos, ya sea por una razón de estatus social o por intereses de seguridad. Los bloques de adobe comprimidos solo tendrán posibilidades en el mercado libre si son baratos, y esto nos lleva, en la mayoría de los casos, hacia los bloques hechos a mano, sin cemento, elaborados por la propia gente en el sitio de construcción. Buena mano de obra, paredes más anchas y refuerzos horizontales en los cimientos, y una base para el techo, componen una estructura que resiste bastante bien los terremotos.

La técnica tradicional nos dice que solo necesitamos de agua, tierra, paja o fibra vegetal resistente y los moldes, en general de madera. La mezcla para asentar los adobes en la pared es la misma que se usa para hacerlos. De esta manera, se logra hacer una casa sin el uso del cimento. Las paredes de adobe deben ser levantadas arriba de una base impermeable. Los ladrillos no pueden estar en contacto directo con el suelo para evitarse los problemas de humedad. Los ladrillos de adobe son dispuestos de la misma manera de los ladrillos convencionales. Las instrucciones para adobe más resistente hecho a mano, el cual se compone de los mismos elementos: tierra barrosa, paja y eventualmente arena. Contienen un repello (revoque) que esta reforzado con mortero y paja molida.

El proceso de elaborar adobe (de cualquiera de las dos formas) normalmente incluye: Cernir la tierra, revolver los componentes en seco, revolver la tierra mojada con palas y pisarla después por un buen rato con los pies. Se forma el adobe con un molde y se deja secar por un día. Luego se pone el adobe del costado y se raspa y empareja la superficie que estaba en contacto con la tierra. Después se secan los adobes otro día o dos más en esta posición. Finalmente se apilan hasta el momento en que estén usados. Un adobe de 38 x 35 x 12 cm pesa más de 20 Kg. Según algunos estudios el punto clave para un buen adobe resistente es la batida. Mezclar los ingredientes en seco y agrega el agua. La consistencia correcta es cuando el lodo no se queda pegado en los pies al terminar de batirlo. Si es posible, se pisa el lodo intensamente unos 10 minutos, como mínimo. En el laboratorio se ha comprobado que el adobe alcanza su máxima fuerza de adhesión y resistencia al batirlo durante 10 minutos.

En los últimos años hemos visto muchos proyectos, financiados por ONGs e instituciones gubernamentales, produciendo bloques de tierra, usando diferentes tipos de prensa. La maquinaria para producir Adobe Prensado puede producir 30 bloques por hora, puede ser manual o hidráulica. Consta de una caja-molde de acero, tapa deslizante adherida a la caja y palanca de compresión/expulsión. Es robusta y compacta, la palanca es desmontable para permitir su transporte. En muchas áreas de los Estados Unidos, los códigos de construcción requieren a los fabricantes de ladrillos de adobe que les agreguen un estabilizador como emulsión asfáltica líquida o cemento Portland. Los ladrillos de adobe semiestabilizados lo son para protegerlos de la erosión de la lluvia durante el proceso de secado. Los ladrillos totalmente estabilizados son muy resistentes al agua y pueden exponerse a los elementos con menor peligro de ruptura o erosión. Se estabilizan agregando una pequeña cantidad de estabilizador a la mezcla de barro.

Antes de iniciar el proceso de creación de los adobes es importante saber elegir la materia prima que vamos a utilizar, a continuación te dejamos una pequeña guía para que puedas tener la teoría sobre la creación de adobes de calidad:
  • Efectúa una prueba de sedimentación para determinar el porcentaje de arcilla, arena y légamo presentes en el suelo. Llena dos tercios de una jarra con tierra, agrega agua y 1 cucharadita de sal. Agita durante 2 minutos y deja reposar. La tierra se asentará formando capas de sedimento con la arcilla arriba, el légamo en el centro y la arena y demás componentes en el fondo. La prueba de sedimentación permite determinar el porcentaje de cada componente del suelo. Según Quentin Wilson, de Constructores de hogares ecológicos, una mezcla ideal contiene de un 15 a un 30% de arcilla, muy poco légamo y el resto de arena.
  • Construye un molde para ladrillos de adobe con las piezas de madera de 2x4 pies. En el sudoeste de los Estados Unidos, los ladrillos de adobe tradicionales tienen 14 pulgadas de largo por 10 de ancho y 4 de alto. Mide y corta dos largos de madera de 5 pies con tu sierra. Corta una tercera pieza en seis secciones de 14 pulgadas de largo. Comenzando por la última, clava las secciones de 14 pulgadas entre los largos de 5 pies cada 10 pulgadas. El modelo terminado parecerá una pequeña escalera y servirá para dar forma a 5 ladrillos de adobe por vez.
  • Prepara un área para hacer la mezcla. Para trabajos grandes, cava un pozo de unos 4 pies de ancho por 2 o 3 pies de profundidad. En su revista "El ABC de la fabricación de ladrillos de adobe", la Facultad de Agricultura y Economía doméstica de la Universidad del Estado de México recomienda estabilizar las paredes del pozo llenándolo con agua y dejándolo reposar durante 12 horas antes de formar el barro. Para trabajos más pequeños puedes preparar la mezcla sobre una lona, en una carretilla o incluso en un balde de 5 galones. Para mayor comodidad, coloca la mezcla cerca de un área soleada donde puedas dar forma a los ladrillos y dejarlos allí a secar.
  • Escoge un estabilizador. Puede ser emulsión asfáltica líquida o cemento Portland. Para ladrillos semiestabilizados, agrega de un 3 a un 5% del peso de la tierra de emulsión asfáltica o cemento. Para ladrillos totalmente estabilizados, de un 6 a un 12%. 
  • Prepara el barro agregando agua lentamente y mezclando con la pala o azada. Agrega sólo el agua necesaria para formar un barro consistente. Rompe los grumos de tierra con la pala. Agrega el estabilizador y continúa mezclando hasta obtener una mezcla homogénea.
  • Vuelca el barro dentro del molde con la pala. Utiliza la pala para apisonarlo y eliminar las bolsas de aire. Presiona la mezcla contra todas las esquinas. Emplea una pieza de madera de 2x4 para nivelar el ladrillo. Deja secar por lo menos 20 minutos antes de retirarlo.
  • Retira el molde. Los ladrillos deben mantener su forma. Lava el molde y deja secar los ladrillos al sol. Cuando los bordes estén secos, voltéalos de lado y deja que continúen secándose por varias semanas.

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