El Ladrón de Medina y Otras Leyendas [Parte 2]

Cabe rescatar a la mítica leyenda de Juan Medina de la hoy Tenencia de Zaragoza, es un relato que conjuga el misterio y la fantasía y se relaciona por la prosperidad en la región durante la época del porfiriato y con al impuso económico que brindó la estación del ferrocarril de Contepec. Así es comentada por el poeta y ecologista, Homero Aridjis:

…El taxi pujó en la cuesta de Puerto de Medina, el escondite del bandido Juan Medina, un asaltante de diligencias que se había arrojado al abismo tapándole los ojos a su caballo blanco el día que los federales lo rodearon.

 -Cuando Juan Medina se aventó al precipicio, su sombra se estampó en el suelo. El cuerpo se lo llevó el diablo. Desde entonces, su fantasma les dice a todos lo que quieren llevarse su tesoro: “Todo o nada”…

El Ladrón Juan Medina

Esta leyenda es acerca de un magnifico ladrón conocido como Juan Medinaeste ladrón tenia un método especial y contundente, ya que eran los tiempos del porfiriato, aquella época en el que el ferrocarril comenzó a funcionar de manera constante en nuestro país; para fortuna de medina las vías del tren pasaban justo delante de él, y se arriesgaba más al hacerlo sabiendo que cuando el tren transportaba algo de valor estaría repleto de soldados custodiando la carga. Sin embargo el valor no era algo que le hiciera falta, y más adelante veremos porque. El Ferrocarril pasa por Temascalcingo en varios trayectos, pero es este cerca de El Palo de la Raya, justo después de cargar en La Hacienda de Solís el que Medina usaba para sus atracos, pero no eran pequeños robos de grano y dinero, no, el lo hacía en grande, robaba vagones completos sin que los conductores se dieran cuenta. Medina se decía era habitante de la Zona de Santa María Canchesdá, El Puerto de Medina o Contepec, así que conocía muy bien la zona.

En cuanto Medina escuchaba el sonido característico del ferrocarril viniendo de la Estación de Solís rumbo a La Venta del Aire se apresuraba a montar su yegua negra llamada Cibeleas, a gran velocidad, y con especial sigilo, se emparejaba con el tren y subía sin que los soldados siquiera lo notaran. Estando en el tren se disponía a ubicar los vagones de oro, no sin antes matar sigilosamente a todos los guardias que pudieran interferir con su cometido; una vez que realizaba la inspección esperaba a un tramo donde el tren da la vuelta y es cubierto por una gran  pared de piedra, ahí separaba los vagones de oro, los maquinistas rara vez se daban cuenta de esto, y cuando lo hacían ya era demasiado tarde, les faltaban vagones y eran acusados por robo y fusilados sin reparo alguno.

Regresando al momento en que Medina aún estaba en los vagones, que se iban frenando por mera fricción, una vez que los vagones comenzaban a desacelerar lo suficiente, llamaba a su yegua con un singular silbido y la ataba a los vagones, la montaba y la hacía correr en dirección contraria al avance de los vagones hasta que lograba frenarlos por completo. Luego procedía a llevarlos cerca de su guarida, en la cima de un gran cerro conocido como El Corral Viejo (hoy día) una noche le bastaba para descargar los vagones repletos de oro. Un día un sargento harto de los atracos organizo una emboscada para detenerlo, no era la primera que se organizaba, ya que 15 años llevaban intentando capturarlo, pero Medina siempre de una forma u otra se escabullía de la justicia, todo gracias a un misterioso pacto con un demonio, que muchos dicen es el Diablo mismo. Este demonio aún hoy mientras leen esta historia habita las cercanías del Corral Viejo, muchos que han pasado por la zona afirman que se le puede ver encaminando a su rebaño de ovejas negras en su totalidad y vestido con harapos, pero con un bastón muy lujoso de madera y acabados en oro. En otras ocasiones algunos los ebrios y ancianos comentan que se han visto frente a frente con este demonio, pero en esa ocasión él va vestido con un elegante traje de charro y montando en un burro negro que con ojos de un rojo muy brillante los observa fijamente; los valientes que se han atrevido a entablar una conversación con este ente cuentan que les ofrece un tarro lleno de monedas de oro, a cambio de que ellos le den un tarro de aguamiel o pulque, los que aceptan la oferta extasiados corren a su hogar para presumir su nueva riqueza, pero cuando llegan a casa y miran el tarro se dan cuenta que esta repleto de excremento.

Continuando con la historia de Medina, la leyenda nos dice que el pacto que él tenia con este demonio le permitía a él y a su yegua contar con habilidades fuera de lo normal, una de ellas era una astucia implacable. Lo único que el demonio le pedía a Medina era que él debía vivir en su guarida y que todo el oro debía de ser almacenado en ese sitio, además de que cada que logrará un robo exitoso tenia que llevarle a la virgen mas joven y bonita del pueblo la misma noche del robo. Un día Medina harto de no poder disfrutar su inmensa fortuna en donde y como él quisiera y ya atormentado por las vidas de las inocentes jóvenes que había llevado a su perdición, decidió huir de la guarida con unos cuantos sacos de oro. Cuando se disponía a irse él demonio hizo acto de presencia, le pregunto:

-Piensas renunciar a toda esta fortuna medina, tanto que has trabajado por ella, pero te propongo un trato, has este ultimo trabajo, pero esta vez deberás traerme a diez vírgenes de las mas jóvenes y te dejare ir y podrás llevarte esta riqueza en su totalidad sin ningún problema, tú ya conoces mis alcances o puedes irte con esa miseria y morir como naciste pobre y con mucha hambre. 

Medina ni tardo ni perezoso se dio cuenta del poder del demonio, así que aceptó la oferta, bien sabía que con toda la riqueza de la guarida viviría y moriría rico sin ningún problema

-Esta bien pelao', acepto tu propuesta pero quiero toda esta riqueza, y poderla gastar en donde yo quiera sin tener que mover un solo dedo.
-Esta bien- contestó el demonio.

Medina se apresuro a realizar el atraco, pero esa noche el sargento decidió poner en marcha su meticuloso plan, todo iba perfecto en el plan de Medina y Cibeleas. Arrastraban ya los vagones de regreso a la guarida, pero cuando abrió uno de estos un contingente de soldados fuertemente armados salto sobre él, con velocidad sobrenatural salto sobre Cibeleas y comenzó una persecución. Medina galopo hacia su guarida pero los soldados le pisaban los talones, así que decidió que los alejaría de el lugar, así que tomó el camino hacia el lugar conocido hoy en día como Peña del Águila que es un acantilado pronunciado a un costado de El Corral Viejo. Medina llego al acantilado y sin reparos a toda velocidad salto con la esperanza de llegar al otro extremo claro que lo lograría su pacto con el demonio le daría la fuerza necesaria para llegar, o al menos eso pensó porque al momento de saltar la voz del demonio lo invadió y le susurró:

-Rico viviste y rico morirás, nunca jamas de mi te alejarás Medina.

Se estrello contra una roca y perdió la vida al instante. Los soldados decidieron acampar para que la mañana siguiente pudieran recuperar el cadáver y estar seguros de la muerte de Medina, pero cual sería su sorpresa, ya que cuando descubrieron el lugar donde se había estrellado y sobre una inmensa roca estaba plasmada a detalle la silueta del ladrón y su yegua.

Algunos dicen que llegaron a ver esa silueta, pero que con el paso del tiempo y la construcción y ampliación de las carreteras la roca se redujo a polvo o quedo sepultada debajo de estas. Otro final de esta historia nos dice que Medina fue asesinado por los militares en una emboscada, para ser degollado por sus crímenes momentos después. La guarida a sido descubierta en varias ocasiones, y los lugareños que saben donde está temen siquiera pasar cerca de ella, ya que cuenta la leyenda que al entrar en ella te verás rodeado de un millar de moscas que contrastarán con los lingotes y monedas de oro que hay dentro. Cuentan que si intentas llevarte un poco de ese oro una escalofriante voz te dirá "Todo o Nada".

*Errata - En esta leyenda aparece ligada una fotografía que pertenece a la Familia Garduño Rivera, la cuál malintencionadamente fue usada para distorsionar la imagen de los retratados, lamentamos mucho el mal uso de la misma y nos disculpamos con la familia por cualquier agravio que esto allá causado.

Luces y Sombras en los Cerros
Cuando la gente camina por los cerros de La Magdalena o simplemente estando fuera de sus domicilios en las noches, se han avistado pequeñas luces o llamas flotantes que suelen adoptar diversas coloraciones (rojo, amarillo, azul pálido), aparecen generalmente cerca de los cementerios y en lugares pantanosos durante el atardecer o la noche, se mueven en algunos casos y su origen parece es desconocido. Se dice que retroceden o alejan cuando uno intenta acercarse a ellos y han sido el origen de muchas leyendas y creencias populares, que las asocian con fantasmas y espíritus del más allá. Algunos creen que si las luces son verdosas y blanquecinas indican los lugares en que los bandidos y ladrones enterraron algún tipo de dinero o tesoro. Le llaman “la luz del dinero”. En ciertas regiones se habla de “las brujas”, las cuales se cree que se manifiestan como luces que, en días de gran turbulencia, se aparecen sobre cerros y montañas. Pero estas no son bolas de fuego como el relato de las brujas nos dice, son flamas o luces pequeñas que se mueven hasta perderse de vista. Se cree también que estos fuegos son espíritus malignos o seres sobrenaturales que intentan que los viajeros les sigan al interior del bosque para conseguir que se pierdan. Y sobre estas en particular hay varias historias al respecto.

Una chica me comentó que se ven por las noches, luces "raras" en la cumbre de los cerros rumbo al centro de Temascalcingo, ya que se precipitan a gran velocidad sobre el Valle (donde acampan por lo general algunas personas). Muchos dicen que se debe a jóvenes que con linternas iluminan desde lo alto, pero ya que observan mas detenidamente este fenómeno la luz equivale a que tiren esas linternas al aire a una velocidad casi imposible y con luminiscencia de reflector, es medio raro. Son como bolas de luz que bajan a mucha velocidad como si alguien las lanzara, pero no a la altura de las estrellas como para ser confundidas con estrellas fugaces. Otro comentario que me hizo fue de una tarde en la que viendo el cerro contempló una forma metálica en su cumbre. Al principio, como era de suponer, pensó que sería alguna casa con lámina de metal, un auto o algo, pero al cabo de un rato (bueno, algunas horas), esa "placa" metálica se levantó bruscamente para desaparecer en el cielo. Estas historias son muy comunes desde Ahuacatitlán hasta Maró.

Un joven de Ahuacatitlán me comentó que eran aproximadamente las diez de la noche, ellos (varios amigos estaban en la punta del mogote de la campana, para ese momento se encontraban hablando eran las vacaciones. Era una noche clara de verano, el cielo estaba estrellado, y el lugar era muy descampado como todos sabemos. La luz que llevaban para alumbrarse se perdía en la oscuridad y en la arboleda que los rodeaba. Mirando el cielo se entretuvo un buen rato, hasta que vió que una sombra (sin luz, ni sonido) se movía acercándose al lugar, pensó que era alguna persona o un animal curioso, así que le comentó a los demás lo que veía y les dijo que hicieran un poco más grande la fogata. Al poco tiempo notó que esa sombra estaba suspendida en el aire, cerca de donde él se encontraba. Fue solo unos segundos que quedó paralizado del miedo ya que no lograba encontrarle forma alguna. Tras un movimiento de vaivén pasó por cerca de él y gracias a la luz que habían logrado aumentar al atizarle a la fogata pudieron apreciarla todos perfectamente. Fue instantáneo, y todos rápidamente se levantaron gritando y corriendo de regreso por el camino de vuelta.

El me comenta que la sombra era de un color negro opaco. Y dice opaco porque al reflejarse con la luz no presentó ningún brillo, así que no la puede describir de otra manera. No poseía forma y se movía rápidamente y su dirección cambiaba continuamente. Se mantuvo suspendido durante unos segundos por arriba de ellos, mientras que estaban corriendo y desesperados por quitarse esa cosa de encima, y luego al cruzar la pila se perdió en el cerro que va a Tixmadeje. Desde esa vez lo único que hacia todas las noches era ver si lo podía volver a ver desde Ahuacatitlán ya que esa experiencia fue aterradora y quería saber que era aquello. Todo esto dice sucedió en un tiempo de 25 minutos aproximadamente. Este es su relato vivido "en carne propia" y me dijo que en ese momento sintió mucho miedo, pero el afán de saber que era no lo podía dejar pasar.

Una señora ya de edad avanzada me contó que en su juventud su madre le decía, que en un día de sol, sin nubes a la vista llegaron a Calderas unas personas, para bautizar a un niño en la capilla del lugar. Ellos eran de Acambay pero comentaron que querían bautizarlos allí. Luego de la ceremonia fueron a comer cerca al pié de un árbol. Llegada la tarde, como a eso de las seis, la familia decide ir a la presa, del lado del cerro El Voladero (conocido anteriormente así el cerro a un lado del Mogote, donde a sus faldas están Calderas y otras comunidades). Los más jóvenes les piden permiso a sus padres para ascender y acampar de noche en este cerro, ya que dice su mamá en ese entonces no dejaban subirlo de noche. No hubo ningún problema, entre el grupo de personas que pidieron permiso estaba ella, de unos 17 años. El padre de esta familia no entendía nada de lo que estaban haciendo sus hijos y sobrinos, y les reía diciendo: ¿Qué están por hacer locos? Finalmente alrededor de las nueve de la noche emprenden el ascenso, la señora nos dice que el más grande tenía 30 años y los más chicos alrededor de 15. Los demás parientes ya habían vuelto a Acambay. Me cuenta que al llegar al primer descanso del camino, un lugar donde se puede acampar cerca de Conejeras se decidieron a quedarse. Como ella tenía frío se va a dormir a la carpa quedando afuera alrededor de 7 personas.

Después de un tiempo entraron a despertarla ya que decían los demás veían luces en el cielo mientras otros veía "vacíos", sombras de nada les dijeron todos un día después al explicar la historia a su padres. Algunas horas después de ver todo esto y con mucho miedo se retiran a dormir. Pero su hermano se quedó despierto, con miedo y extrañado de lo que había presenciado, así que sube hacia una peña que había a unos metros de allí y se sienta, ya que ahí podía ver mejor el lugar. En ese momento ve a lo lejos una sombra que se mueve con mucha velocidad, pero que él al verla fijamente, se esconde y se detiene, le grita y pregunta su nombre y que hace ahí, pero nadie contesta.El miedo lo comienza a paralizar, no sabía que hacer, así que rápido baja de la piedra y despierta a los demás. Les dijo con miedo y con lagrimas en los ojos que "la sombra" los asechaba, que podría ser un ladrón o algún animal también, por lo cuál el más grande salió a ver, la señora estaba junto con varios más asustados dentro de la carpa, pero se armaron de valor y salieron solo para ver a su hermano y su tío corriendo de miedo hacia ellos muy asustados, les dijo "Vayámonos", y los apresuro a levantar la carpa y sus cosas. Salieron corriendo lo más rápido que podían de esa zona, pero en el camino veían como la sombra se asomaba de entre algunos árboles, al final después de un camino muy desesperante y que parecía nunca acabar llegaron a un grupo de casas donde pidieron permiso para quedarse afuera en su carpa, al otro día regresaron con mucho miedo a sus hogares, sin ganas de volver a este paraje tan singular.

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