Las Construcciones en el Antiguo Temascalcingo

La distribución de la población en la región está íntimamente ligada, como en todas partes, con la del agua; así, en esta región se establecieron los primeros pobladores donde brota el agua que creen es potable. Te invitamos a imaginarte con cada una de las descripciones que te damos el antiguo Temascalcingo. No fue en el fondo de los valles, como a primera vista pudiera parecer, ni a orillas del río, ni en donde se estanca el agua: es al pié de los macizos montañosos, a la salida de las cañadas y sobre los conos de deyección, donde el agua es suficiente para mitigar la sed todo el año donde se establecieron nuestros antepasados y fueron levantando las primeras chozas y se agruparon para formar poblaciones de cierta importancia como Pueblo Nuevo, La Magdalena, Santiago, Maró, San Pedro, Calderas, etc; el fondo de los valles ha quedado reservado para las haciendas que se construirían tiempo después, como la de Solís, cuyo casco se colocó a la margen izquierda del río Lerma; de manera que tanto unos como los otros están sobre terrenos poco o casi nada coherentes. Por lo cuál podemos admirar un paisaje limpio en las margenes del río, rebozando de verdes y dorados elementos dependiendo la época del año.

El aspecto general de las poblaciones es muy semejante: casas de adobe con techos a dos aguas, algunas con portales, sirviendo la parte baja para habitación y la alta para granero, desván o tapanco. El núcleo de la municipalidad lo formaba una pequeña plaza con jardines adyacentes, después el 1910 un kiosco, también una iglesia al centro que se dice era la principal construcción del pueblo por aquellos tiempos, las casas de los vecinos más acomodados estaban hechas con mejor material, adornadas con fachadas de cantería y las que están alrededor de la plaza, los portales y corredores son costumbre desde la capital hasta el más humilde pueblo. De este centro de la población parten las calles generalmente orientadas de Norte a Sur, pero casi siempre rectangulares entre sí. Las casas de estas calles son de adobe y de un sólo piso, quedando las chozas y jacales para los extramuros y barrios lejanos, hasta las laderas de las montañas reservados para los indígenas y trabajadores del campo. Por eso es que incluso se les prohibía construir fuera del pequeño pedazo de tierra que se les había asignado. Hasta hace tiempo donde ahora es San Isidro, Cruz Blanca, Bosha, no tenían permitido construir por ordenes del hacendado.

Los elementos de vida en esta época de los pueblos son la agricultura y el comercio; siendo este último poco desarrollado. Nuestras únicas vías de comunicación son los caminos de herradura o herrados y alguno que otro carretero tiempo después, los caminos reales también son los más frecuentados por los viajeros. Las casas constan por término medio de 3 a 4 piezas separadas de la cocina, por medio de un corredor. Para construirlas se disponía del adobe, de la piedra (cantos rodados más o menos grandes), del ladrillo aunque este en escala menor; la cal la tienen que traer de lejos (Tlalpujahua). La madera es relativamente abundante, los mejores bosques se encontraban en manos de particulares y forman el elemento principal para los techos y tapancos. En nuestras comunidades se le dio importancia a los cimientos, aunque había casas que carecían de ellos. El sistema que usaban para hacerlos era el siguiente: abren una cepa de 50cm a 1.5m por 60cm a 80cm de ancho, en seguida la rellenan con fragmentos más o menos grandes e irregulares de piedra, cantos rodados y lodo, apisonando poco a poco hasta llegar a formar un muro de 50cm a 1m fuera de la superficie y que sirve como basamento para que después sobre él sean construidos los muros. Los muros son generalmente de adobe y alcanzan una altura de 3 a 4 metros; cubren las juntas en algunas comunidades con barro cocido. El espesor es variable. También hay muros hechos con cantos rodados, cementados unicamente con lodo. Los tapancos de casi todas las casas de nuestra región estan formados de un pequeño muro de 1m a 2m, mismo espesor de los muros, que no es sino una prolongación de los mismos, estando solo interrumpidos por las vigas que atraviesan el muro.

Algunas casas cuentan con pretil en el portal, formados con columnas o simples pies derechos, las columnas generalmente son de madera, cuando los pretiles no existen en los portales se han visto columnas de adobe o tabique. Los arcos son mas usados en los templos que en las casas, normalmente de tabique y piedra; casi todos de medio punto, otros rebajados, otros de asa de canasta, etc. Algunas puertas en vez de cerramiento, tienen un puente de madera. Las bóvedas no se usan en las habitaciones, pero si en todos los templos. Los techos casi siempre son de dos aguas, construidos por una armadura, una cumbrera, dos soleras de vigas empotradas en los muros y otras dos sobre las anteriores, algunas con contrasoleras, soportes intermedios, etc.

Las tejas acanaladas descansan en la generalidad en cintas o latas. Cuando los techos son de gran altura, emplean grandes pilares de manpostería de piedra y tabique, colocando la parte superior de ellos un zócalo grande de madera en sentido de la mayor longitud del techo y sobre él se apoyan grandes vigas que hacen el papel de cumbreras, como es general en la mayor parte de los jacales de la Hacienda de Solís. En el casco de la población de Temascalcingo había poco más de 500 casas habitación. Los precios de la casa varía según su importancia, pudiendo calcularse en el casco entre $1500°° y en los pueblos inmediatos desde $1000°° a $50° por casa.

El precio de materiales para construcción, bien puede considerarse el mismo para todas las poblaciones, así como la mano de obra, que es pagada al mismo precio. Los cimientos sacan coste de $6°° metro cúbico, con material y mano de obra. Las cumbreras y soleras y contra-soleras cuestan $5°° cada una. Las tejas de barro cocido costaban aproximadamente a $20°° el millar, el adobe cuando se fabricaba en la misma obra estaba entre $1.°° a $1.25°° el millar, comprándolo fuera del lugar, importa $2°° el cieto, puesto en la obra. Las columnas de madera para los corredores a $1°° y $1.5°° cada una. De ladrillo poniendo el material y mano de obra $5°°, de adobe son aplanar $2°°. El tabique es escaso y lo dan de a $20°° a $22 el millar, el ladrillo cocido "en cuadro" de a $18°° a $20 el millar. Los jornales eran como sigue: a los albañiles de a 50c a 75c diarios y los peones 25c. Los carpinteros y demás cobran según las piezas que hacen y dependen de si se les da o no el material. Como podemos ver las construcciones eran y siguen estando casi en las mismas condiciones que cuando nuestros antepasados las hicieron, debemos de conservarlas y darles el valor que merecen para conservar nuestra identidad.

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