Cerámica de Alta Temperatura "CERMAC" | Santa María Canchesdá

En la comunidad de Santa María Canchesdá , municipio de Temascalcingo se encuentra este bello taller, donde sus diseños originales y coloridos se destacan por ser realizados mayoritariamente por mujeres de la comunidad. Agradecemos a la Sra. Guillermina Gonzalez y familia por el tiempo que nos permitieron admirar de la labor que realizan dentro de su taller.  La cerámica y la alfarería, aquel arte de convertir la tierra en arcilla o barro y de transformar sus propiedades con el fuego, fueron de los primeros inventos del ser humano. El barro y la cerámica fueron desplazados a principios del siglo XX por el vidrio, el aluminio, la hojalata y el plástico, materiales mucho más baratos y que se adaptaban mejor que la arcilla a diferentes propósitos. La alfarería como expresión artística o artesanía no está en peligro, pero la alfarería como medio de sustento sí lo está. Para mediados de la década de 1980, cuando bajaron las ventas de la alfarería, el gobierno mexicano inició programas para alfareros en los que se les enseñaban nuevas habilidades. Después muchos se independizaron y realizaron la inversión de poner su propio taller; en el caso de la Sra. Guillermina y su familia después de trabajar dentro de talleres de otras personas es que deciden que ya es tiempo de implementar uno propio, que esta integrado en su mayoría por mujeres expertas en el arte de crear cerámica.

Todo parece indicar que desde su más oscuro origen artesano, la mujer compartió los procesos de fabricación de los ídolos de arcilla, la vajilla elemental y otros útiles primitivos.​ La documentación iconográfica, como única fuente contrastable, parece respaldar la tesis de que con el progreso hacia sociedades gremiales, los varones acapararon la cadena de producción aunque siguiendo dentro de un esquema familiar, donde todo el mundo participaba. La tímida industria que, desde el siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX fue relevando en las sociedades occidentalizadas a los gremios alfareros, devolvió a la mujer un puesto complementario en el capítulo de la decoración.​ Entretanto, la alfarería elemental continuaba su esquema primitivo (básicamente desarrollado por mujeres).​ Es decir, la primitiva alfarera que trabajaba el barro por necesidad se ha convertido en una artesana que al trabajar por afición introduce en este campo los imperativos de la producción artística: genio, placer y mercado. En el taller

La alfarería es una tradición de la comunidad de Santa María Canchesdá, en la que las mujeres son las protagonistas. Las alfareras, llamadas popularmente loceras, tardan días en crear cada una de estas obras de arte, principalmente realizan el decorado, pero en este taller se les puede admirar realizando cada una de las partes del proceso. La comunidad Mazahua, que a lo largo de los años ha visto su lengua extinguirse y su cultura debilitarse, ha conseguido revivir a través de la alfarería, un arte en el que las protagonistas son las mujeres.No es un trabajo sencillo. El proceso de elaboración de esta Alfarería es largo y laborioso, con varias etapas de tratamiento de la arcilla, secado y moldeado. Desde el momento de la extracción de la arcilla, esta se divide entre barro blanco y negro (realmente arcillas de un tono de gris más claro u oscuro), que en muchos casos después son pintadas con una gran variedad de colores. Los hombres se dedican a la agricultura principalmente, mientras que otros migran a los Estados Unidos, y sus ganancias solo las ven una vez al año; sobre las mujeres recae la mayor responsabilidad para sostener a la familia, al ser las encargadas de que nada falte en el hogar.

Te invitamos a que si deseas adquirir alguna pieza te pongas en contacto con ellos: https://www.facebook.com/Cermac Gonzalez/
 


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