Ricardo Hernandéz Lorenzo: Música Tradicional Otomí
Visité nuevamente a Ricardo Hernández de la comunidad Otomí de La Magdalena para hablar un poco de la música tradicional del violín en Temascalcingo.
Para hablar de este tema hay que recordar que somos un municipio de
contrastes, con una vida mágica paralela a la cotidianidad material. Al
llegar la religión católica y sus representantes, las costumbres de nuestras comunidades no desaparecieron del todo. En muchos puntos de la sabiduría
popular existen huellas indiscutiblemente prehispánicas; incluso en los
ritos católicos, se encuentra la idea de que cada uno de nuestros actos
tiene repercusión en el cosmos, que podemos cooperar con las fuerzas
naturales. Así, la música y la danza tienen un papel preponderante; y no
solamente en la música ritual de las comunidades indígenas, dedicada a
tiempos de cosecha, de siembra o a las energías de la tierra. Al llegar
la conquista española, nuestro territorio estaba dividido en múltiples
culturas, dominantes, dominadas e independientes. El trabajo de
evangelización se ve así complicado, y las misiones se deben de repartir
por todo el territorio poblado, creando una “regionalización” de
las costumbres que depende de la cultura nativa y de la orden católica
recién llegada. Durante el siglo XVI esta evangelización se acompaña con el
recurso de las misas cantadas y de conciertos comunitarios al terminar
las ceremonias religiosas, para lo que se enseñó a muchos indígenas a
tocar las piezas religiosas. Fray Toribio de Benavente o Motolinía
habla de indígenas que superaban fácilmente en técnica a su maestro en
pocos días, plenos de amor a las manifestaciones sonoras, consideradas
divinas en la mayor parte de nuestro territorio.
Ricardo
es uno de estos casos en nuestro municipio, la manera en la que vive
cada pieza que toca es admirable, y como podemos constatar en esta nueva visita su dominio del violín a mejorado considerablemente. Aprendió muy joven a tocar el instrumento que ahora domina y ya nos muestra todo su talento; normalmente es
requerido por comparsas de corpus, mayordomías de otras iglesias y de
danzantes que necesitan de alguien que guié con su ritmo cada uno de sus
pasos, conoce a la perfección cada una de las danzas que se realizan en su comunidad, los ritmos y melodías los tiene ya grabados en su mente. La historia de Ricardo no comienza como la mayoría de las
historias de músicos de la región donde desde un principio quedan
enamorados de su instrumento; el comenzó con la tambora cuando vivía en
La Magdalena Centro, su familia era de la mayordomía en ese tiempo; por
lo que al ver a los músicos que llegaban cada día y fiesta a la iglesia
fue que aprendió a tocar, de vista, y al principio solo como un juego. Asi pues comenzó a repetir los
movimientos de los dedos y de la vara, los contaba para poder emular lo
que los mayores tocaban. Lo primero que comenzó a repetir fue la
tradicional música de "Los Viejos de Corpus"; Florencio Contreras
fue el primero en echarle ojo al talento de Ricardo y lo llevó a su
primera salida oficial para tocar su repertorio. El se sintió nervioso y
muy inseguro, ya que no sabía que su talento empezaba a ser reconocido,
esto fue en el CUI en la ciudad de Ixtlahuaca.
Cruz Blanca fue la comunidad que le abrió las puertas para comenzar a
rescatar la música de la región, ya que al darle la oportunidad de ir a
tocar a diferentes festividades es que ha logrado recabar muchos de los
sones de la comunidad. Le gusta estar presente en todas las festividades
posibles tocando la música para el santo. Salir con las comparsas de
Viejos de Corpus es lo que más le gusta. Algunas de las personas que le
pasaron su conocimiento fueron: Lucio de la Cruz y Raymundo Gonzalez.
Ellos lo apoyaron para que la tradición de los músicos no se perdiera;
Una de las cosas que Ricardo quiere lograr es que en cada fiesta de las
comunidades haya músicos con su violín y la tambora; que no se pierda
esta tradición es lo que el desea con mas ganas; el ve la pena y el
desinterés en muchos jóvenes que dejan que se pierdan las tradiciones,
por lo cuál invita a quién desea aprender estos sones a que lo visiten, y
a todas las comunidades que están en busca de un músico a que lo
contraten para que lleve el ritmo de la festividad o danza. El músico
tradicional se esta extinguiendo, y su labor de compartir y aprender
cada una de las piezas de la región se debe de reconocer; para el es
importante que se nos siga reconociendo por nuestras tradiciones,
también por eso logra tener muchas de ellas en mente para poder
transmitirlas a las nuevas generaciones.
Hubiera sido magnífico que entrevistarán al difunto Don Goyo, lastima que se fué ese gran músico.
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